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El efectivo lastima pero cura. La carga emocional de los pagos electrónicos y la tarjeta de crédito

Actualizado: 5 sept 2023






Cuando pagar en efectivo o con tarjeta de credito
Efectivo o Tarjeta de Credito

Tarjeta de crédito o efectivo.




Ya no colgamos los guayos, porque le pertenecen al banco. El futuro del país es poco alentador y

mientras tanto, los pagos electrónicos y con tarjetas de crédito se vuelven más comunes, excesivos, hasta el punto de que muchas personas no podrían seguir pagando sus deudas en caso de quedarse sin trabajo.


No soy pesimista, pero si hay que ser pragmático, hay que ordenar las finanzas de la casa.

Pagar con efectivo se está volviendo raro y el papel está siendo sustituido por el plástico, peor aún, por lo electrónico. Y aunque Colombia sigue siendo una excepción y Fenalco dice que hasta 2021 el 74 % de las transacciones en tiendas de barrio seguían siendo en efectivo, no hay que ser muy perspicaz para darse cuenta de que billeteras digitales como Nequi y Daviplata están reemplazando la transferencia física de billetes por una insensible transferencia de datos. (En los negocios informales inclusive).


Al gobierno le conviene hacer seguimiento de cada transacción, por eso incentiva los pagos electrónicos, que le permiten saber cómo circula el dinero y hacer los respectivos cruces de información para que la DIAN, ubicua y omnipresente, nos ejecute.


Pero a nosotros, seres humanos comunes y corrientes, con un cerebro más o menos racional, el pago electrónico no nos conviene, a menos que hayamos entendido por las malas, o hayamos aprendido que la tarjeta de crédito no es una extensión de nuestros ingresos, sino una deuda con el banco que tendremos que pagar con nuestra tranquilidad, y con el costo asociado de los intereses.


Pague en efectivo, y tendrá algo físico a qué aferrarse, tiene unos pedazos de papel, devaluados pero valiosos en su subconsciente, los puede tocar, creer que los entiende, así que cuando los entrega en la transacción, lo desgarran, le producen ampollas, se da cuenta que nunca los volverá a ver, y como seres vivos conscientes que pretendemos ser, se dispara nuestro instinto de supervivencia, e intentamos que ese dolor no se repita de manera tan frecuente, es decir, nos impide seguir comprando.


En cambio, cuando pagamos por medios digitales, no sentimos ese desprendimiento, lo vemos como una simple transacción, una transferencia de números del comprador al vendedor, eso le quita dolor al momento, y no nos deja la cicatriz que nos recuerda no volver a coger la olla caliente.


En el caso de las tarjetas de crédito es peor, primero, porque no es nuestro dinero, nuestro saldo no se ve afectado, “entre comillas”, y en vez de postergar la gratificación, la podemos tener de inmediato. La dopamina actúa con la expectativa de la recompensa, y no con la recompensa en sí, así que eso que compró y que alivió su ansiedad, estará guardado por siempre en el armario, y lo volverá a encontrar en el próximo trasteo.


Profundicemos un poco más en la compra con tarjeta de crédito, porque esta modalidad es muy peligrosa para usted, su banco lo sabe y tratará de aprovechar cada truco que esté al alcance para arrebatarle la mayor cantidad de dinero:


Cuota Mínima: Crea la falsa ilusión de que usted está pagando poco por un producto costoso, pero no muchos entienden el costo asociado a diferir el pago en varias cuotas.


Además, nuestro cerebro está más cómodo usando cifras pequeñas, lo que no ayuda porque genera una falsa sensación de alivio.


Aumenta nuestros gastos: Al tener la disponibilidad del dinero (Que no nos pertenece), no perderá ninguna oportunidad de compra, lo que aumenta el consumo en cosas que no necesita, adicionalmente, lo bancos están aumentando nuestros cupos de crédito, lo que hace que compremos todavía más.


Falta de seguimiento: La mayoría de nosotros tiene claro su saldo del crédito hipotecario, pero rara vez el saldo de la tarjeta de crédito, su uso se ha convertido en un hábito cotidiano, y no le hacemos seguimiento.


Nada es gratis: Al adquirir una tarjeta de crédito, el banco sabe que para tomar la decisión pensamos más en los beneficios que nos ofrece, por eso los pone de primero. Pero poco nos detenemos a pensar en lo que nos va a costar lograr estos beneficios.


Cuotas de manejo: Los costos de cuota de manejo, sobre todo para los pequeños cupos, son demasiado altos comparados con los beneficios, adicionalmente, tendemos a no mirarlos.


Vale la pena entender cómo funcionan las tarjetas de crédito, evitar su uso en el caso de ser propenso a las compras impulsivas, en estos casos, el uso del dinero en efectivo es muy beneficioso, disminuye la ansiedad y con esto el gasto.


No significa que ahora ponga la tarjeta para abrir la puerta cuando se quede por fuera y con las llaves en el cuarto. Las tarjetas y las billeteras electrónicas le permiten pagar las compras sin tener que llevar efectivo, incluye seguros, millas y en algunos casos entrada a las salas especiales del aeropuerto. Su buen uso disminuye costos, pero no es recomendable si sus finanzas no andan muy bien, o si no tiene mucha experiencia usándolas.


Si quiere usarla, tenga en cuenta lo siguiente:


Compre siempre a una cuota, no genera intereses, es como usar el dinero del banco por un tiempo específico.


Si está pagando a cuotas, no sabe cuánto debe, ni el interés que le cobran, no la siga usando y devuelva las que le sobran.


Elija su tarjeta, no permita que el banco la elija por usted.


Empiece a usar sus beneficios, en muchos casos valen la pena.


El uso del efectivo duele, pero ese dolor cura. Si tiene problemas de gastos, si no le alcanza para llegar a fin de mes y está pagando su tarjeta a cuotas, tiene un problema, acéptelo primero, cree una estrategia para pagar rápidamente la deuda y ponga sus finanzas en orden.


La idea es vivir tranquilo, tomar decisiones sin presión, poder buscar con calma el trabajo soñado y tomar las riendas de su vida, pero para eso, hay que entender un poco cómo funciona el mundo financiero.


Aprenda de las experiencias de los demás, no para predecir lo que le va a pasar en el futuro, más bien para poderse comparar y buscar escenarios alternativos que le convengan a usted y no al banco. Así que manos a la obra.



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