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El efecto Apple. Efecto Diderot


Efecto Apple


«Yo era amo absoluto de mi bata vieja, ahora me he convertido en esclavo de la nueva».


Es la premisa de Denis Diderot desarrollada de forma irónica en su ensayo El arrepentimiento por deshacerme de mi bata vieja, publicado en 1769.


En su ensayo describe, cómo el obsequio de una nueva bata escarlata generó en él un efecto dominó, que terminó convirtiéndolo en un esclavo de las deudas y de los bienes materiales suntuosos.


Al ver que la bata nueva, de gran calidad y lujo, no combinaba con su asiento de paja y con sus pertenencias humildes y al parecer de mal gusto, decidió empezar a comprar nuevos elementos que combinaban mejor con su nueva capa, llenándose así de deudas y terminando en la ruina.

El efecto Diderot es utilizado por los profesionales en mercadeo para inducir a que las personas compren más de lo que necesitan, te hacen sentir insatisfecho con lo que ya tienes, ya que al comprar un artículo de lujo, pareces obligado a comprar nuevos productos que complementan al primero, haciendo compras innecesarias.


Apple es un genio aplicando este principio, si tienes Iphone, lo más probable es que tengas Mac, Ipad y AirPods, y si no los tienes, te convencen para que los tengas.


Mejoraron tus ingresos, o te ganaste la lotería, cambiaste de casa a una más grande en un barrio prestigioso, más lujoso que el anterior, seguro te pasa que ves que el automóvil que usabas no combina con la nueva casa, de hecho, antes te cabía un solo carro y ahora necesitas 3, en el nuevo closet te cabe más ropa que en el anterior, los muebles de la sala ya no funcionan, hay que cambiarlos, y así sucede con las lámparas, la cocina, los platos y cualquier artículo que ya no combina con las nuevas pertenencias.


El problema radica, en que el estilo de vida que esperas lograr con tus nuevas adquisiciones, no crece de manera proporcional a tus ingresos, lo que termina convertido en un déficit en el flujo de caja, o en deudas inoficiosas y sin propósito, empeñando de forma irresponsable, tus ingreso del futuro.


A esto se le llama espiral de consumo, y en verdad es muy fácil caer en ella, solo basta con encontrar un producto aspiracional que alguna vez soñamos y que al fin logramos comprar, el efecto de gratificación inmediata se encargará del resto.


¿Cuáles son las causas?


1.       La presión Social.


       Cuando aumentan nuestros ingresos, tendemos a aumentar nuestros gastos, no necesariamente de forma proporcional, esto nos lleva a aumentar nuestro estilo de vida, o a frecuentar lugares y establecimientos que requieren de nuevos estándares más costosos, a veces innecesarios.

       Ahora bien, mejorar el status social, también nos da mejores oportunidades, pero deberíamos basar la experiencia social en conocer personas que se identifiquen con nuestro propósito de vida, con aspiraciones como las nuestras, no solamente las podemos calificar desde el punto de vista material, que es donde se presentan las distorsiones.

 

2.       Estatus Social.


      Nuevamente, es muy parecido al anterior, la diferencia radica, en que este se basa en la imagen que debemos mostrar frente a los demás para poder estar a la altura de ellos, esto nos obliga a realizar compras sin sentido, o a endeudarnos para suplir la diferencia entre lo que realmente tenemos y lo que queremos demostrar que tenemos.


3.       Necesidad de Gratificación Inmediata.


      La dopamina se genera durante la expectativa de la recompensa, no con la recompensa, esto hace que cuando logramos obtener aquello que queríamos, la expectativa se acabe, obligándonos a mantener el estímulo por medio de nuevas compras innecesarias.


4.       Creación de imagen de si mismo reflejada en cosas materiales


      Tiene que ver con la autoestima, creemos que al comprar cosas, vamos a reflejar ante los demás nuestra personalidad, de hecho, es lo que nos vende el marketing, caer en esto es peligroso, nos lleva a gastar el dinero que no tenemos.

 

Cómo evitar caer en la espiral de gastos.



1.       Metas Financieras Claras.


       Definir las metas de largo plazo es ponernos un norte, un lugar al que queremos llegar, saber a dónde queremos ir en términos de tranquilidad, en términos de pensión, en términos de calma financiera. Define los pasos que tienes que seguir para alcanzarlo y en buena parte la cantidad de dinero que te permites gastar.


2.       Define cuánto es suficiente.



       Saber cuándo los estímulos adicionales no le aportan valor en la misma proporción a nuestras vidas es esencial, no es lo mismo comprarle una pelota a un niño que tiene una, a comprársela a un niño que tiene 100, define cuánto es suficiente, y de ahí en adelante será más fácil reprimir la necesidad de comprar cosas que no necesitas para intentar ser más feliz, en vez de comprar cosas para demostrarle a los demás que puedes adquirirlas.


3.       Valores definidos.


      Decide qué es lo importante en la vida, aquellas cosas que, si las perdieras, te cambiarían la vida para siempre, el amor por la familia, la honestidad, la colaboración hacia los demás, todos estos parámetros te van a ayudar a tomar mejores decisiones de compra.


4.       Establece prioridades.

      Enfocarse en lo importante, es lo que te permite dedicar el esfuerzo necesario a lo que realmente te ayuda a crecer, así no desperdiciamos recursos valiosos en cosas que no le aportan a tu desarrollo financiero.


5.       Diferencia entre necesidades y deseos.


      No todo lo que compramos lo necesitamos, muchas veces son deseos que nos dan la falsa sensación de felicidad, eso no significa que todos los deseos son malos, a veces vale la pena darse gustos, siempre y cuando nos retribuyan emocionalmente más de lo que nos cuestan.

      Yo sé, ¿cómo medir las emociones en términos de dinero?, pero creo que eso se define con los recuerdos y las experiencias que nos quedan después de una compra, no es lo mismo invertir en unos zapatos que vas a usar una vez, a invertir una importante suma que puedas pagar en un viaje con tu familia, los recuerdos del viaje te quedan para siempre.


6.       Define sistemas de ahorro claros.


      Crear un sistema libera tiempo, hace que podamos dedicarlo a lo que importa, a que el cerebro piense en aquello que realmente le agregar valor. Ahí está el secreto de ser efectivos.

 

El efecto Diderot es una trampa que puede carcomer nuestros esfuerzos por mantener un presupuesto saludable y alcanzar nuestras metas financieras. Sin embargo, con conciencia, autocontrol y prácticas financieras sólidas, podemos evitar caer en esta trampa y mantenernos en el camino hacia la estabilidad financiera. Recuerda, cada compra impulsiva tiene el potencial de afectar significativamente tu futuro financiero, así que piensa dos veces antes de caer en la tentación del consumo desmedido


“Cuidado con la contaminación de la riqueza repentina. El pobre puede descansar sin pensar en las apariencias, pero el rico siempre está bajo presión».


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