Una experiencia trágica que nos enseña sobre el presupuesto y las finanzas personales.
En el libro El Hombre más feliz del Mundo, Eddie Jaku, un superviviente de los campos de concentración en la Segunda Guerra Mundial, nos cuenta su historia en primera persona, nos demuestra que la felicidad está en nosotros y que no depende de los demás.
Viniendo de una de las víctimas del holocausto, tenemos que creerle. El señor Eddie, que murió hace poco con 101 años, perdió a su hermana y a sus padres en circunstancias que muy pocos tendremos que vivir.
Dentro de sus relatos, hay uno muy conmovedor que quisiera compartir con ustedes, ya que nos deja una enseñanza muy enriquecedora:
Sucedió en febrero de 1944, en la etapa más cruda del invierno polaco. Eddie Jaku era uno de los presos Judíos hostigados por los nazis en los campos de concentración, y fue enviado, hacinado en un vagón desde la ciudad de Bruselas hasta el campo de concentración de Auschwitz, con la intención de hacerlos trabajar hasta la muerte.
Más de 1.500 personas viajaron hacinadas en 10 vagones durante 9 días y 8 noches, -150 personas por cada vagón-, solamente contaban con un bidón de 200 litros de agua por contenedor, bidón que nunca fue repuesto, no tenían comida, y a esto súmele que solo contaban con un retrete que tenían que compartir y usar en frente de todos.
Después de un tiempo, los gritos se escuchaban desde los otros vagones clamando por un poco de agua, estaban dispuestos a cambiar sus valiosas pertenencias por un trago de agua. Al llegar a su destino, casi un 40% de las personas de los otros vagones estaban muertas, pero en el de ellos, solamente murieron 2, cómo lo lograron?
El padre de Eddie, de la nada, ideó un sistema de racionamiento para el agua, consiguió una navaja, un vaso y un pedazo de papel, cortó el papel en 150 pedazos y lo repartió entre cada una de las personas que lo acompañaban, un pedazo para cada uno.
En la mañana, se le entregaba un vaso de agua a cada uno junto con el pedazo de papel, en la noche, se le devolvía el pedazo de papel junto con otro vaso de agua, al otro día, y durante los siguientes 9, se repitió el proceso de manera ininterrumpida, con esto, lograron hacer alcanzar el agua hasta llegar a su destino, nadie discutió, todos entendían la importancia del agua para sus vidas, la racionalizaron tanto como pudieron.
Cuando llegaron, en su vagón solo había fallecido una persona, lamentable, pero meritorio, teniendo en cuenta que en el resto de vagones la tasa había estado por encima del 40%.
Esta es una situación extremadamente trágica, esperamos no tener que pasar por un momento tan difícil, pero hay varias conclusiones que podemos aplicar en nuestra vida.
La razón por la que sobrevivieron es que crearon un presupuesto, montaron un plan, racionalizaron el uso del agua y sabían que tenían que hacer un sacrificio, era la única manera de sobrevivir, de mantenerse vivos, el dividir el agua en pequeñas porciones, les permitió saber que contaban con el mínimo necesario para sobrevivir, además de darles la cantidad necesaria, les entregaba esperanza.
En momentos difíciles, cuando creemos el dinero no nos alcanza para terminar el mes, podemos montar un plan, el plan debe contener los siguientes puntos:
1. Saber cuánto gastamos: Entender qué parte del ingreso se va en nuestros gastos, decidir qué gastos no son necesarios, si podemos cortarlos de inmediato, hay que hacerlo, así podremos saber si nos alcanza con lo que ganamos o tenemos que tomar decisiones para aumentar los ingresos.
2. Crear un presupuesto y racionalizarlo: De acuerdo a nuestros gastos, cuánto necesitamos mensualmente, semanalmente, e inclusive a diario para vivir, con esto, estaremos repartiéndonos nuestros papelitos, y aseguraremos que vamos a llegar a final de mes si seguimos el plan de acuerdo a lo propuesto.
3. Entender que no es tan malo como parece: El poder asegurar la comida, el techo, y la tranquilidad de la familia, con eso debería bastarnos, poco a poco las cosas irán mejorando, y podremos aumentar la calidad de vida, centrémonos en el problema actual pensando en el futuro, es la única manera de asegurarlo.
4. Aprovechemos lo que tenemos: Tenemos que saber con qué contamos, hagamos el análisis, tal vez podamos vender algo que nos sobre, o utilizar nuestro conocimiento para aumentar la capacidad de ingreso.
5. Los tiempos futuros serán mejores: El pasar por momentos difíciles como este, nos hace conscientes sobre lo que importa, esa es una lección valiosa. Cuando los ingresos vuelvan a fluir, lo importante será la prioridad, esto hará que la capacidad de ahorro aumente y nos dará más herramientas para mejorar la calidad de vida.
Recomiendo 100% este libro, si bien me encontré esta enseñanza que tiene que ver con las finanzas en momentos difíciles, su mayor enseñanza tiene que ver con la manera en la que hay que ver la vida, es una lectura fácil, haga el esfuerzo, no se arrepentirá.
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