La comparación social en las finanzas personales:
Un factor invisible que afecta tus decisiones financieras.
En el año 2006, Roi Shlomo experimentó un gran crecimiento en su negocio, pasando de tener un modesto puesto en un centro comercial a establecer 13 tiendas en total. Llegó a facturar hasta US$300.000 en un mes. Sin embargo, la falta de recursos económicos de su familia y su excesiva confianza en el éxito de su emprendimiento le llevaron a buscar aún mayores ganancias.
Adquirió un vehículo nuevo, invirtió en el mercado inmobiliario de Florida y se trasladó a Las Vegas para establecer una tienda de joyería fina. A pesar de sus esfuerzos, el impacto de la crisis económica de 2007 resultó en un revés financiero que dejó caer sus inversiones, destapó la insostenible renta de su negocio y lo dejó sin un centavo antes de cumplir un año.
Aunque su caso no terminó tan mal, hay varias lecciones que vale la pena discutir, considerando que a menudo damos más valor a lo que nos falta que a lo que hemos alcanzado gracias a nuestro trabajo, lo que puede llevarnos a tomar caminos que ponen en riesgo nuestra estabilidad financiera.
En el mundo de las finanzas personales y las inversiones, solemos enfocarnos en aspectos tangibles como ingresos, gastos, inversiones y estrategias de ahorro. Sin embargo, existe un factor emocional que puede estar influenciando nuestras decisiones financieras de manera significativa: el sentimiento de envidia o de querer compararnos constantemente con aquellos que nos rodean.
El modelo de envidia contrasta con los modelos económicos tradicionales ya que tiene en cuenta la influencia de las emociones, particularmente de la comparación social al tomar decisiones financieras. En este modelo se integra un componente negativo en la ecuación de utilidad del individuo, el cual refleja la incomodidad que este siente al ver las posesiones o consumo de otras personas.
¿Cómo la comparación social afecta las finanzas personales?
1. Comparaciones sociales: Frecuentemente hacemos comparaciones con las personas que nos rodean, incluyendo amigos, familiares, colegas e incluso desconocidos de las redes sociales. Si notamos que ellos tienen estilos de vida mejores, ingresos más altos o bienes más lujosos, es posible que nos sintamos obligados a tomar decisiones financieras impulsivas o poco razonables.
2. Búsqueda de estatus: La comparación social puede motivarnos a buscar un mayor estatus material o social a través de nuestras decisiones financieras. Esto puede conducirnos a gastar más de lo que podemos permitirnos en bienes de lujo, viajes costosos o experiencias exclusivas, con el objetivo de impresionar a los demás o sentirnos parte de un grupo social "superior".
3. Insatisfacción con lo que tenemos: La comparación constante con los demás puede generar una sensación de insatisfacción con lo que tenemos, incluso si nuestra situación financiera es estable y próspera. Esta insatisfacción puede llevarnos a tomar decisiones financieras riesgosas o poco meditadas en busca de una "mejor vida", sin considerar las consecuencias a largo plazo.
4. Decisiones de consumo impulsivas: Finalmente, la necesidad de querer parecernos a los demás puede llevarnos a realizar compras impulsivas de productos o servicios que no necesitamos o que no podemos pagar. Estas compras pueden afectar negativamente nuestro presupuesto y nuestra estabilidad.
5. Resentimiento y rencor: Si la comparación social no se maneja de manera adecuada, puede convertirse en resentimiento y rencor hacia quienes percibimos como más exitosos o afortunados. Estos sentimientos negativos pueden afectar nuestras relaciones personales y nuestra salud mental, además de obstaculizar nuestro propio crecimiento personal y financiero.
6. Competencia financiera: A veces, al compararnos con nuestro entorno social, podemos sentir que debemos competir financieramente con amigos, familiares o colegas de trabajo. Al ceder a esta presión, podemos tomar decisiones financieras poco reflexivas, gastando más de lo que podemos permitirnos o invirtiendo en activos sin analizar su riesgo.
¿Cómo gestionar la comparación social en las finanzas personales?
Si bien la comparación social es una emoción natural, es importante aprender a gestionarla para que no afecte negativamente nuestras finanzas personales. Aquí te dejo algunos consejos:
1. Toma conciencia de tus comparaciones: Presta atención a tus pensamientos y sentimientos cuando te comparas con los demás. Identifica los momentos en los que la envidia te impulsa a tomar decisiones financieras y analiza si estas decisiones son realmente beneficiosas para ti a largo plazo.
2. Céntrate en tus propios objetivos: Siempre volvemos a los objetivos, en lugar de enfocarte en lo que tienen los demás, establece tus propios objetivos financieros y trabaja para alcanzarlos. Recuerda que el éxito financiero es un camino personal y no una carrera contra los demás.
3. Agradece lo que tienes: Practica la gratitud por las cosas positivas en tu vida, tanto grandes como pequeñas. Enfocarte en lo que ya tienes te ayudará a sentirte más satisfecho y menos envidioso de los demás.
4. Rodéate de personas positivas: Elige rodearte de personas que te apoyen y te inspiren. Evita las relaciones tóxicas o competitivas que puedan alimentar la envidia y el resentimiento.
5. Busca ayuda profesional: Si la necesidad de compararte te causa un gran malestar o está afectando significativamente tu vida personal o financiera, no dudes en buscar ayuda profesional de un psicólogo o terapeuta.
Retomando la historia de Roi Shlomo, al final demostró que fracasar no es el fin, es más bien una oportunidad para adquirir experiencia y evolucionar. Su perseverancia, flexibilidad y habilidad para asumir riesgos se formaron luego de años de trabajo y lo han llevado a consolidar un nuevo negocio relacionado con alimentos saludables.
A pesar de la crisis y de sus decisiones equivocadas. Se dedicó a limpiar alfombras para sobrevivir y ahorró tanto como pudo. Dos años más tarde, con la ayuda de un amigo y sus ahorros, se recuperó y emprendió de nuevo.
Su siguiente éxito llegó con Yogli Mogli, una tienda de venta de yogurt bajo el formato de autoservicio. En tres años, tenía 27 tiendas y, cuando se dieron las circunstancias, vendió la empresa para embarcarse en una nueva aventura: Kale Me Crazy, una cadena de venta de comida saludable bajo el concepto de "superfood" café.
Hoy, Kale Me Crazy cuenta con más de 20 tiendas en Atlanta y cinco en construcción en otras ciudades de Estados Unidos. La experiencia de Shlomo lo ha convertido en un empresario más sabio y experimentado, y después de su error nos deja cuatro lecciones valiosas:
1. Protege tu dinero: Es bueno ganar dinero, pero es importante asegurarte de guardarlo con seguridad. No te precipites a invertir nuevamente antes de considerar cuidadosamente los posibles riesgos.
2. Valora lo que tienes: Aprende a apreciar el dinero, sobretodo si lo has ganado con esfuerzo. Controla tus gastos y ahorra.
3. Aprende a calcular los riesgos: Antes de tomar cualquier decisión comercial, evalúa el valor de tu negocio y determina qué costos puedes soportar. No te dejes llevar solo por las ventas, enfócate en tu ganancia neta.
4. Tómate tu tiempo: No te dejes llevar por la emoción del momento. Investiga y analiza cuidadosamente antes de tomar decisiones importantes.
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