Acabamos de salir de una etapa difícil, si bien la pandemia nos enseñó y en algunos casos nos ayudó a encontrar oportunidades, también acabó con la fuente de ingresos de muchos, pero ojo que las deudas no se fueron, los niños no dejaron de estudiar, no vamos a dejar de comer ni de transportarnos, la vida continúa, y debemos seguir andando.
Ahora, parece que se acerca una recesión, las tasas están por la nubes, y si tenemos un crédito en tasa variable, el valor de la cuota nos deja menos dinero para suplir las necesidades básicas.
Hay estrategias para atacar las deudas después de haberlas adquirido, pero siempre es mejor enfrentarlas antes de que no tengan solución, esperamos que estas indicaciones te orienten y te permitan estar un poco más tranquilo, recuerda que momentos como este son más comunes de lo que piensas, así que es mejor actuar que esperar a que el hada de los dientes te resuelva el rollo.
1. Actúa oportunamente.
La deudas no se van si les das la espalda, ellas siguen ahí. Por experiencia te digo que muchas veces son menores de lo que pensamos, haz un inventario de tus deudas y asegúrate de entender exactamente cuánto debes, entiende también las razones de tu deuda, esto te ayudará a tranquilizar el alma, a pensar mejor y a buscar soluciones. El problema es que el alma no te va a girar un cheque, así que sigamos buscando la salida.
2. Elabora un plan.
Nos interesa tener un plan, saber qué es lo que tenemos que hacer nos tranquiliza, nos ayuda a pensar mejor, después de saber exactamente cuánto debo, entendamos qué soluciones existen, más adelante te las presento.
3. Haz un Cálculo real de lo que debes, entiende con quien te estás enfrentando.
Ya lo dijimos, es más fácil cuando sabemos a qué nos enfrentamos, dejar de contestar las llamadas y evitar los problemas no los soluciona. Calculemos exactamente cuánto debemos, hablemos con los bancos y con las personas que nos prestaron. Poner la cara les da confianza, entiende que lo que ellos quieren es que les pagues, así que aprovecae las circunstancias y de ser posible, mejora las condiciones de los préstamos con la única intención de cumplir, créeme, se siente bien hacer lo correcto.
4. Calcula cuánto vale la cuota, qué porcentaje de tus ingresos mensuales se van en el pago.
Siempre tenemos que buscar que el flujo de caja mensual sea positivo, mientras lo logremos estaremos al otro lado, calculemos la cuota mensual, qué parte de nuestros ingresos se van en pagar las deudas y qué porcentaje podemos usar para pre pagarlas y salir más rápido de ellas. Nuevamente, estructuremos un plan que nos diga qué hacer, y pongámoslo por escrito. Así. nos podremos remitir a este cuando nos desorientemos y será mucho más fácil encontrar soluciones y ponerlas en práctica.
5. Calcula tu nivel de reacción y reacomódelo.
El nivel de reacción no es más que el porcentaje de los gastos que puedo cortar de tajo, de inmediato, sin necesidad de sacrificar mi nivel de vida básico, no es la plata para el mercado, ni la del colegio de nuestros hijos, son esos gastos que tal vez nos duelan al principio, pero que a largo plazo no son necesarios. Este porcentaje debería estar entre el 30 al 50% de los ingresos totales, teniendo en cuenta que generalmente hay 2 ingresos en el hogar, si lo unimos a plan de ahorro bien montado, no pasaremos problemas al momento de tener algún percance o quedarnos sin trabajo.
6. Busque estrategias para aumentar el flujo de caja.
Como dijimos arriba, lo más importante es que nos sobre algo de dinero al final de mes, no importa si es muy poquito, pero que nos sobre, emocionalmente nos permite vivir más tranquilos, y ese saldito a favor en nuestras cuentas es una recompensa al trabajo bien hecho, podemos empezar por poco, pero la idea es que vaya creciendo con el tiempo. Estas son las principales estrategias para mejorar nuestro flujo de caja:
a. Rediferir
Si la cuota nos queda patas arriba, será mejor que nos den un tiempo adicional para pagar la deuda, al tener más tiempo, la cuota mensual baja y es mejor tener ese colchón en caso de que uno de los meses se nos presenten necesidades adicionales, en caso de que no se presenten, podemos usar ese saldo para ir pre pagando las deudas.
b. Refinanciar
Refinanciar es lo mismo que volver a pedir un crédito al banco, la idea principal es mejorar las condiciones, pero como dijimos antes, lo que hay que buscar inicialmente es que la cuota baje, así que podemos cambiar la tasa y el tipo de interés para podernos dar un respiro mientras nos ponemos al día.
c. Renegociar
Al renegociar, no solamente cambiamos el plazo de pago, también podemos cambiar la tasa de interés, las condiciones de seguros. La idea nuevamente es mejorar las condiciones, en general los bancos están buscando mantener a sus clientes, aunque les interesa quedarse con los cumplidos, sin embargo, como lo que les interesa es asegurar el pago sin generar más desgaste, seguramente te van a dar una nueva oportunidad, siempre y cuando la utilices para pagar la deuda y no para aplazar el sufrimiento.
d. Compra de cartera
Los otros bancos también están buscando nuevos clientes, por regla, las condiciones de compra de cartera son mucho mejores que las iniciales, recomiendo hacer el ejercicio por lo menos una vez al año, no tienes que pagar un peso por hacer esa tarea, todos los bancos lo estarán buscando, sobretodo si tienes un buen historial de crédito, así que aprovéchate del sistema y haz que ellos peleen por tí.
e. Reestructurar
Al reestructurar la deuda, el banco recoge todas las deudas que tienes y las reúne en una sola, no solamente puede mejorar las condiciones, sino que te va a quitar el desgaste de estar pagando a varias instituciones.
f. Disminuir gastos
Hay gastos que se pueden bajar, revisa los seguros de los créditos, las cuotas de manejo, aquellos gastos que se pueden evitar, en tiempo de guerra, prefiero llevar el café desde la casa en vez de tener que comprarlo en una tienda, eso, a largo plazo, te ayudará a pagar las obligaciones más rápido y por ende, a vivir más tranquilo.
Las deudas mal manejadas nos roban la tranquilidad y la felicidad, nos mantienen intranquilos y nos quitan el tiempo para disfrutar con nuestra familia. Aconsejo no meterse en una deuda sin un plan, sin haber hecho los cálculos y las tareas, las deudas no son necesariamente malas, pero su manejo requiere experiencia, y nunca, nunca se meta en una deuda de consumo, siempre será mejor ahorrar antes para tener después, el valor de los intereses se ve mejor en su bolsillo, no en el de los bancos.
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