Condiciones para tomar un buen Crédito Hipotecario
Estadísticas deterioro de cartera
Nací en 1976, así que, haciendo cálculos, tengo 47 años. Hoy en día, siento que mis cargas financieras se están aliviando: solo tengo deudas de inversión y mis ingresos están creciendo.
Pero hace 20 años, mi perspectiva era muy diferente. Estaba a punto de casarme y una de mis prioridades era comprar una casa. Obviamente, no tenía el dinero suficiente y mis ingresos no me permitían comprarla de contado, así que la única alternativa era endeudarme por 20 años, comprometiendo así mis ahorros y mi flujo de caja del futuro.
Si vas a tomar un crédito, piensa en lo siguiente:
Si tienes 20 años y ves a una persona de 50, probablemente la veas bastante mayor. O si tienes 30 años, ¿cómo ves a una persona de 60? Ahora bien, piensa que cuando pides un crédito hipotecario, es posible que tengas que seguir pagando esa cuota durante los próximos 30 años. Eso significa que tu propio "yo" de 50 o 60 años seguirá pagando esa deuda que comenzaste a los 20.
En Colombia, de acuerdo con Transunion, en el primer trimestre de 2024, las tasas de morosidad grave, con 60 días o más de atraso en los pagos, presentaron un fuerte deterioro y los morosos de créditos hipotecarios entre 7 y 12 cuotas crecieron 51%, la inflación, que ha aumentado los precios de los gastos básicos del hogar, como la comida, el transporte, la educación o la salud, ha disminuido la capacidad de pago de los hogares, y por lo tanto , ha hecho que las familias dejen de lado el pago de las cuotas de los créditos hipotecarios.
Además, dado que numerosos préstamos dependen de tasas variables que aumentan con la inflación, podría surgir un riesgo de incumplimiento que resultaría en la confiscación de bienes y la pérdida del capital invertido.
Por eso, por tu "yo" del futuro, la decisión de pedir un crédito hipotecario es tan importante. Debes definir claramente las condiciones bajo las cuales lo solicitas:
Plazo: Si tienes 30 años, ¿esperas seguir endeudado a los 50 o 60 años?
Cuota Inicial: Por lo menos deberías contar con el 30% de cuota inicial, esto permite que disminuya la carga del crédito y por otro lado, le da un incentivo de ahorro que te permitirá crear un hábito para el futuro.
Tiempo que vas a vivir en la casa: Dependiendo de cuánto tiempo planeas vivir en la casa, puede ser más prudente no comprometer tus ahorros en la compra. Si consideras vivir allí menos de 5 años, es mejor evaluar la opción de alquilar en lugar de comprar.
Condiciones de tasa: Qué prefieres: ¿tener una cuota fija que te permita mantener una estabilidad financiera durante los próximos 20 o 30 años, considerando que seguramente en 30 años tus ingresos serán mucho mayores que los actuales? ¿O prefieres tener una cuota variable, que hoy tenga un valor menor, pero que en 20 años haya aumentado constantemente con la inflación, lo cual te obligará a sacrificar otros gastos importantes, como viajar o salir a comer con tu familia?
Compara la tasa de varios bancos: No siempre la mejor tasa es la primera que te ofrecen, busca otras opciones, seguro habrá mejores condiciones que te permitan disminuir el tiempo de pago.
Condiciones económicas: Si ya posees propiedades y un patrimonio considerable, es mejor considerar alquilar en lugar de comprar. Sin embargo, si esta es tu primera propiedad, adquirir una vivienda puede ser una excelente manera de comenzar a construir tu patrimonio, tanto para ti como para tus hijos.
Estas decisiones relacionadas con los créditos están muy vinculadas con la gratificación inmediata y la necesidad de no esperar para obtener una recompensa en el futuro.
Para poner un ejemplo, imaginemos qué es mejor para nuestro cuerpo: ¿comer zanahoria o comer helado azucarado? La respuesta obvia es la zanahoria. Sin embargo, el helado tiene dos características que nos hacen preferirlo por encima de la zanahoria:
1) Te da una satisfacción inmediata: el placer de comerlo genera alegría instantánea, mientras que para perder peso se necesitan días o incluso meses.
2) El helado, a diferencia de la zanahoria es más atractivo, te lo venden para que lo consumas.
Así como con el helado y la zanahoria, la decisión de adquirir un crédito se basa en la gratificación inmediata, es decir, en el deseo de obtener un beneficio inmediato sin considerar las consecuencias a largo plazo. Por ejemplo, comprar una casa de inmediato mediante un crédito hipotecario te permite disfrutar de un hogar propio desde el principio, pero implica un compromiso financiero a largo plazo que puede afectar tu capacidad de ahorro e inversión para el futuro.
Comprar una vivienda es una decisión importante que implica un compromiso financiero a largo plazo. Antes de solicitar un crédito hipotecario, es fundamental evaluar cuidadosamente tu situación financiera y considerar las repercusiones que esta decisión tendrá en tu futuro.
Ten en cuenta lo siguiente:
Tu "yo" del futuro: Pagar un crédito hipotecario puede llevar décadas. Asegúrate de estar dispuesto a asumir esta responsabilidad durante un período tan extenso.
Deterioro de la cartera: El aumento de la morosidad y la inflación podrían dificultar el pago de las cuotas del crédito.
Condiciones del crédito: Establece un plazo adecuado, realiza un aporte inicial considerable, evalúa el tiempo que vivirás en la vivienda, compara tasas de diferentes bancos y considera tus condiciones económicas actuales y futuras.
Gratificación inmediata vs. decisiones a largo plazo: No te dejes llevar por la satisfacción inmediata de tener una casa propia. Prioriza las consecuencias a largo plazo y toma una decisión responsable.
Prioriza tus intereses: Los bancos buscan que te endeudes. Analiza las opciones con detenimiento y toma la decisión que más te beneficie a ti, no al banco.
Recuerda:
Comprar una vivienda no es la única opción. Alquilar puede ser una alternativa más conveniente en algunos casos.
Existen otras formas de construir patrimonio. Invertir en tu educación, salud y habilidades también te brindarán beneficios a largo plazo.
Toma una decisión informada y responsable. Tu futuro financiero depende de ello.
Por otro lado, a los bancos les interesa que nos endeudemos, por eso nos la ponen fácil y atractiva, mientras que ahorrar implica un esfuerzo, un compromiso de largo plazo, que no se va a ver reflejado de inmediato.
Por eso es importante tomar la decisión con la cabeza, sin afanes y de acuerdo a lo que más te conviene a ti, no al banco.
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